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28.10.2020

Desaceleracion de la recuperación del consumo

La COVID-19 ha sumido a Europa en una profunda recesión. En los seis meses que han pasado desde el inicio de la pandemia, hemos sido testigos de una importante caída de la predisposición a comprar, así como de su recuperación posterior. En septiembre el panorama se ha presentado desigual. Mientras que Italia y España experimentaron un crecimiento moderado en la disposición a comprar en comparación con los meses anteriores, Francia y el Reino Unido se mantuvieron estables, si bien a un nivel bajo. Alemania, en cambio, ha mostrado caídas, aunque el gasto continúa en un nivel claramente superior. 

El confinamiento provocó una fuerte caída del consumo. «Con el fin del confinamiento y la flexibilización de las medidas de contención, el ánimo presentaba signos de recuperación en Europa al inicio del verano. Sin embargo, con el nuevo aumento del número de contagios, este proceso de recuperación se ha detenido» explica Rolf Bürkl, experto en consumo de GfK. «La propagación o la contención de la pandemia en los próximos meses de otoño e invierno determinarán si la economía europea puede reanudar su proceso de recuperación».

España: la disposición a comprar aumenta, pero permanece en un nivel muy bajo

La disposición a comprar aumentó en España nada menos que seis puntos en septiembre en comparación con el mes anterior, subiendo así a -24,8 puntos. Pero en comparación con el periodo correspondiente del año anterior, presenta una contracción de 17 puntos.

Incluso antes de la crisis del coronavirus, España contaba con la tendencia más baja a comprar entre los 5 principales mercados de la UE. Como consecuencia de la crisis financiera y económica, el país se enfrentaba a una tasa de desempleo muy elevada. Según Eurostat, la tasa de desempleo en España en agosto fue del 16,2 % (Alemania 4,4 %, Francia 7,5 %, Italia 9,7 % y el Reino Unido 3,9 % - junio 2020).

Debido a que su nivel de gasto en consumo era ya bajo, el desplome generado por la COVID-19 en abril fue comparativamente moderado. Lamentablemente, lo mismo ocurrió con la subsiguiente recuperación, que fue más débil que en otros países. Además de una tasa de desempleo que continúa siendo alta y va en aumento, España también muestra actualmente unas tasas de contagios muy elevadas, de forma que recientemente se han vuelto a endurecer una vez más las medidas de protección. Por ejemplo, en Madrid, donde la libertad de movimiento y los contactos sociales se han vuelto a limitar más severamente por decreto. Además, Alemania, por ejemplo, ha clasificado el país como zona de alto riesgo, lo que ha tenido un impacto particularmente grave en el turismo, un sector económico muy importante para España.

 

Las otras tendencias por país son:

  • Alemania: el estancamiento hace mella tras una rápida recuperación

La disposición a comprar de los consumidores alemanes se ha recuperado notablemente tras el desplome de abril de este año, pero aún no ha llegado a los niveles anteriores a la crisis. El indicador se mantuvo en 38,4 puntos en septiembre, cinco puntos menos que en agosto. En comparación con el año anterior, la caída se sitúa actualmente justo por debajo de los 17 puntos. Alemania es y sigue siendo el claro líder entre los 5 grandes países de la UE a examen. Después del confinamiento y la flexibilización de una serie de medidas de contención, como la reapertura de un gran número de tiendas, las compras de los consumidores comenzaron a recuperarse rápidamente. Los amplios paquetes de estímulos económicos del gobierno, unidos a la reducción del impuesto sobre el valor añadido y los bonos por hijo, además del uso intensivo del reglamento ampliado sobre la reducción de la jornada laboral, impidieron el desplome del mercado de trabajo, lo que estabilizó el consumo.

  • Italia: el (bajo) nivel anterior a la crisis cerca de alcanzarse de nuevo

En contraste con el panorama de Alemania, la disposición a comprar de los consumidores italianos mejoró en septiembre. El indicador ganó casi cinco puntos y se sitúa en el 3,1 en la actualidad. En comparación con el mismo periodo del año pasado, el indicador solo está ligeramente por debajo (3 puntos). Sin embargo, cabe destacar que después de décadas de estancamiento económico, la disposición a comprar en Italia ha caído partiendo ya de un nivel notablemente bajo, entrando en una grave crisis. A causa de la pandemia, no resultó posible realizar la encuesta de confianza de los consumidores en abril y esto imposibilita hacer un seguimiento en profundidad de la gravedad de la caída. No obstante, es indiscutible que el indicador se recuperó durante el verano y llegando casi a alcanzar de nuevo los niveles anteriores a la crisis. El aumento de los contagios actualmente en Italia se mantiene moderado. No hay duda de que este hecho ha contribuido a una evolución positiva, que también es atribuible al disciplinado comportamiento de los ciudadanos. Probablemente, muchas personas aún tienen en mente las imágenes del norte de Italia en marzo y abril, cuando el sistema de salud estaba sobrecargado y el número de muertes se disparó.

  • Francia: el aumento del desempleo merma el consumo

La disposición a comprar de los consumidores franceses experimentó una notable recuperación al inicio del verano tras el impacto del coronavirus en abril. Sin embargo, el indicador se encuentra actualmente estancado. Solo ganó la reducida cifra de 1,2 puntos en septiembre, cerrando así en -13,2 puntos. En comparación con el valor del año pasado, el indicador se reduce en 20 puntos. La disposición a comprar se ha estancado desde julio de este año, lo que coincide con un marcado aumento del desempleo. Según Eurostat*, el número de desempleados en Francia aumentó de 1,9 a 2,2 millones entre junio y agosto, resultando en un incremento de aproximadamente un 16 %. Como es lógico, el temor a perder el trabajo está aumentando y el ánimo de los consumidores se debilita. El acusado aumento del número de nuevos contagios también fomenta el miedo a que se apliquen nuevas restricciones a los negocios. Por último, la incertidumbre general produce efectos negativos en la disposición a comprar.

  • Reino Unido: la COVID-19 y las negociaciones del Brexit lastran la confianza de los consumidores

Los consumidores del Reino Unido muestran actualmente la disposición a comprar más débil de los 5 grandes países de la UE. Después de un ligero incremento de 1,5 puntos en septiembre, el indicador se sitúa actualmente en -36,3 puntos. Haciendo una comparación interanual, el Reino Unido es también el que peores resultados obtiene, con un déficit de 36 puntos. El Reino Unido también se ha visto gravemente afectado por la pandemia. Se implementaron medidas de contención, como una estricta limitación de las salidas, que afectaron gravemente a la vida económica. En abril y mayo, la disposición a comprar se hundió de forma acusada. Sin embargo, la recuperación posterior del indicador fue modesta. Además, la incertidumbre sobre el Brexit acentuó la presión sobre la confianza de los consumidores. Hasta ahora, las negociaciones sobre un acuerdo comercial con la UE han fracasado. Si no se llega a un acuerdo antes de final de año, el comercio de bienes y servicios entre el Reino Unido y la UE quedaría sensiblemente obstaculizado, p. ej., por la imposición de aranceles. Recientemente, el número de contagios ha vuelto a subir, lo que probablemente resulte en un aumento del temor a nuevas medidas de contención entre la población y que tenga un efecto negativo en la confianza de los consumidores.

 

Nota editorial

Eurostat es la autoridad estadística de la Unión Europea.

El periodo de encuestas para el análisis actual fue del 1 al 20 de septiembre de 2020. Los resultados se extrajeron del estudio sobre la confianza de los consumidores de la UE publicado y cofinanciado por la Comisión Europea, basados en unas 2000 entrevistas realizadas a los consumidores por país y por mes (en Francia 3300 entrevistas). En Francia, Italia, España y el Reino Unido las entrevistas se realizaron por teléfono, en Alemania por Internet.

La tendencia a comprar, al igual que otros indicadores del estudio sobre la confianza de los consumidores, es un indicador de confianza. Indica si los consumidores consideran actualmente que es sensato hacer mayores compras. Aunque la respuesta a esta pregunta sea "Sí", hay otros dos requisitos adicionales para hacer una compra: el consumidor debe tener el dinero necesario para una compra grande y también debe ver la necesidad de hacer esta compra. Además, esto solo concierne en realidad a los bienes duraderos, que también requieren un presupuesto mayor.

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