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28.05.2020

Un Chile con un lugar para todos

Parece a destiempo hablar hoy del estallido social, sin embargo, no lo es. Si bien el Coronavirus incorporó una pausa en la discusión de las razones que lo generaron, ellas aún están y quedarán más acentuadas posterior a la pandemia.

Es por esto que hoy más que nunca debemos volver a mirar hacia algunos meses atrás y ver cómo quedó Chile luego de un año 2019 muy desafiante.

Y qué mejor instrumento para hacer esto que CHILED, estudio nacional de referencia para todos los que de una u otra forma queremos entender a nuestra sociedad, el consumo, los hábitos y la relación con las empresas y marcas.

Afortunadamente CHILE3D realizó su trabajo de campo post estallido, durante enero y febrero de 2020. Como muchos de ustedes saben, se realizan encuestas cara cara a la población de todo el país que habita en zonas urbanas de más de 30 mil habitantes, es decir, representa al 70% de la población de Chile y lo digo con orgullo: ningún estudio de estas características es de tanta representatividad de quienes viven en Chile.

Para entender bien a los chilenos los invito a hacer un ejercicio mental y volver 20 años atrás.

Los que tenían más de 18 en esos años jamás hubiéramos pensado ni en el mejor de nuestros sueños que hoy Chile estaría con tantos problemas ya solucionados.

El ingreso per cápita ha subido de forma increíble, la pobreza ha bajado a niveles nunca vistos, el acceso a bienes básicos está llegando a casi toda la población, en fin. Suena obvio, pero no lo es: muchos nos ponemos a pensar en ese Chile de 1990 no en el Chile de hoy. Y claro, desde ese punto de vista el avance ha sido enorme. Nadie podría cuestionarlo.

Pero las decisiones que debemos tomar hoy nos deben conducir hacia un nuevo futuro. Lo que vimos en octubre fue esto, una simple señal de que lo que hicimos está bien pero no basta, ahora faltan otras cosas para podernos llegar a un Chile que en 20 años más jamás nos hubiésemos imaginado hoy.

Hoy nos falta equilibrio en la sociedad, y no me refiero a lograr una sociedad utópica igualitaria, sino a que lo chilenos queremos igualdades de oportunidades y externalidades, no las de la década del noventa sino las de este periodo, donde el problema ya no es necesariamente la vivienda y la forma de trabajo. La pregunta hoy es como nos aseguramos que el prójimo tenga también una vida digna.

El estallido social golpeó a nuestro país de forma sorpresiva, dejando de manifiesto la debilidad Chile en términos del cuidado de las libertades personales y visibilizando la enorme desigualdad, donde en una comuna las veredas son de tierra y en otra se pintan de colores para ayudar a los peatones.

 

Max Purcell, gerente general GfK Chile

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